(Artículo de Amadeo Petitbò, catedrático de Economía Aplicada)
“No hace muchos días, en la Fundación Rafael del Pino, Zygmunt Bauman presentó su libro ¿La riqueza de unos pocos nos beneficia a todos? El título del libro sorprende pues la respuesta, inequívocamente, es <Sí>. Tan contundente afirmación se apoya en las palabras del presidente J.F. Kennedy -o de Ted Sorensen, su negro, qué más da-: cuando la marea sube, todos los barcos suben. Elemental, que escribiría Sir Arthur Conan Doyle. Sin embargo, la historia presentada por el profesor Bauman no siempre discurre por los caminos que él ha diseñado.
“El libro responde a la demanda de muchos lectores que ven en el enriquecimiento de unos pocos uno de los grandes males de nuestro tiempo. Y toda crítica a dicho enriquecimiento es aplaudida, más allá de los datos que pueda proporcionar el análisis empírico pues dicho análisis termina con los mitos. Lo que es indudable es que el crecimiento económico beneficia a todos los ciudadanos; a unos más que a otros, es cierto. Pero lo relevante es que todos salimos beneficiados, aunque sólo sea en oportunidades. En los últimos 20 años cerca de mil millones de personas han salido de la pobreza; lo que no es poco. Los problemas aparecen cuando el crecimiento económico no es suficiente. Pero esto exige un análisis distinto”.
El Economista, 1 de marzo de 2014