“En el siglo XXI, los compradores no recordarán la primera vez que su padre les llevó a conocer el hielo, sino la primera vez que Internet se adelantó y adivinó sus deseos y gustos. La capacidad para procesar cantidades ingentes de datos, lo que se conoce como Big Data, sumada a la información que ofrecemos voluntariamente y a las huellas que vamos dejando en Internet sin ser conscientes de ello, está revolucionando el consumo. El momento cumbre de este profundo cambio se produjo cuando un supermercado estadounidense de la cadena Target fue capaz de detectar que una adolescente estaba embarazada antes que sus padres con un algoritmo que estudiaba sus hábitos de compra. Gracias a métodos parecidos, a través del wifi o del móvil, se pueden estudiar los movimientos dentro de un centro comercial y aplicar a las ventas las conclusiones estadísticas -¿Qué parte recibe más visitas? ¿Cuánto tiempo se queda la gente dentro de las tiendas? son preguntas que tienen respuestas precisas-”.
El País, 14 de septiembre de 2014