El señor González, profesor de universidad jubilado, se vale de diversas fuentes (desde la agencia Efe al Global Terrorism Database) para elaborar su tesis de que la cifra relativamente modesta de muertes achacables al terrorismo yihadista no justifica la alarma que provoca.
“En el intervalo entre el 7 de enero de 2015 (atentado Charlie Hebdo) y 19 de diciembre de 2016 (atentado camión en Berlín) transcurrieron 713 días (es decir, dos años) y en este período hubo en la UE un total de 280 víctimas mortales de atentados yihadistas. Es decir, 140 víctimas por año”, expone. Lo que supone, “0,28 muertes por millón de habitantes y año”, dado que la UE tiene 508.401.408 habitantes. El lector compara también las víctimas de atentados en la Unión Europea con la cifra anual de homicidios intencionados en la misma zona —que en los últimos cuatro años, nos cuenta, fue de 5.648 muertos anuales—, y concluye: “Las 140 muertes anuales del yihadismo significan el 2,48% de los homicidios intencionados (…) Estamos asistiendo a un clima alarmista que no se sabe a quién beneficia. A la calidad de nuestra democracia, seguro que no”.
La relevancia informativa de los atentados no se puede medir solo por el número de víctimas
José Manuel Calvo, director adjunto y responsable de coordinación editorial, explica: “La información sobre el terrorismo ha dado lugar a debates profesionales desde hace mucho tiempo. ¿Cuánto es mucho, cuánto es poco, cuánto es demasiado? Creo que cada medio debe decidir el justo término. Entre ignorar o minimizar una noticia de repercusión e impacto y exagerarla hay mucho espacio. Más en concreto, si la cifra que da el lector es correcta —el 2,48% de los homicidios intencionados en la UE se deben al yihadismo— no me parece que se sobredimensione la información relacionada con este terrorismo. Creo que es un porcentaje estimable”.
La defensora del lector. Escrito por Lola Galán.
El País 3 de septiembre de 2017