En su último trabajo que llegó a las librerías estadounidenses la pasada semana,The kingdom of speech (El reino del habla), Wolfe pone el punto de mira en el evolucionista Charles Darwin, autor de El origen de las especies, y el lingüista Noam Chomsky, por su teoría sobre el desarrollo del lenguaje, su activismo político y su ascenso a los cielos -al «Olimpo» dice literalmente- por «leyes» como la recursividad.
Con 86 años y una abundante producción de escritos a sus espaldas, Wolfe ya tiene la pluma bien afilada en duelos previos. El arte (en La palabra pintada), la arquitectura moderna (¿Quién teme al Bauhaus feroz?), la sociedad neoyorquina (La hoguera de las vanidades) y los políticos liberales (La izquierda exquisita & Mau-mauando al parachoques), están entre sus viejas víctimas.
En el texto, Wolfe defiende que el lenguaje es una creación humana y se apoya en el trabajo del antropólogo Daniel Everett -que niega la existencia de una gramática universal- para defender su tesis. El escritor no cree que el lenguaje sea algo inherente a nuestra constitución sino más bien una invención del hombre… como lo ha sido Internet.
El escritor cuestiona que cada vez más estudiantes sigan sus pasos y teoricen sin salir a hacer trabajo de campo.
EL MUNDO, Lunes, 5 de septiembre de 2016