(Entrevista a Pablo Adán, consultor de Mercadotecnia y Comunicación)
-“Pregunta: ¿El afán por la Comunicación no es otro rasgo de lo banal de este mundo, donde vale más el cómo que lo que se dice?
-Respuesta: En cierto modo sí, no lo puedo negar. Sin embargo, la Comunicación que promulga este libro va más allá del contenido, de las formas. Habla del fondo, de la relación, de la generación de confianza.
-P: ¿El político más interesante no sería hoy por autenticidad aquel que no tuviera asesor y maestro de Comunicación?
-R: Sí, claro, pero debemos ser cautos en esta reclamación. El político total sería el buen gestor que además comunica. Casi prefiero un buen gestor, pero siempre echamos en falta la faceta de Comunicación que nos haga creer y confiar. Rajoy y Rubalcaba son ejemplos de lo que no esperamos como ciudadanos.
[…] –P: ¿Hay alguna diferencia entre un buen comunicador y un ‘vendecabras’?
-R: La fe en lo que se dice. El primero cree y disfruta con lo que trata de comunicar. El segundo, demasiado habitual en nuestras teles, acepta un guión que alguien le otorga. Ciertos políticos y ciertos comentaristas habitan entre los segundos. Sabios, escritores y cantantes entre los primeros.
-P: No recomienda evadirse de lo que somos, del yo de cada uno, porque el mensaje sonará a falso. ¿Ese es el problema de muchos políticos?
-R: Claro que sí, La dinámica de los partidos impide el posicionamiento personal en muchos casos. Actuar al dictado suele tener premio en un partido. Ser coherente y sincero puede acabar con tu carrera política”.
La Opinión de Málaga, 5 de septiembre de 2013.