“Existe una dolencia cardiovascular conocida como el ‘síndrome del escaparate’. La grasa se acumula en las arterias y después de varios minutos caminando empiezan a doler las piernas. El enfermo, a veces, toma aliento y disimulo frente a una tienda. De ahí el bautizo popular del trastorno. A menudo, los visitantes a las ferias de arte contemporáneo parecen aquejados de ese mismo mal. Se detienen frente a las obras pero, llegado cierto punto, no las están mirando, saturados quizá por el exceso de información visual y de minutos a pie.
“El mayor festín para los ojos de los amantes a la creación plástica actual que puede encontrarse en España es la feria Internacional de Arte Contemporáneo de Madrid (Arco), que este año celebra su edición número 33, a la que, por primera vez desde hace 13 años, no acudirá ningún expositor de la provincia de Málaga. Ni los galeristas Alfredo Viñas, Javier Marín e Isabel Hurley y ni instituciones como la Diputación Provincial o la Fundación Unicaja -presentes en años anteriores- estarán en el mayor encuentro comercial del país dedicado al arte contemporáneo.
“Además, en esta ocasión los tres galeristas malagueños ni siquiera han cursado la petición para acudir a la feria. <No se han dado las circunstancias para asistir>, resume Isabel Hurley, que debutó el año pasado en Arco de la mano del joven artista peruano Alberto Borea. Hurley recuerda además un dato que ilustra el difícil momento que atraviesan las galerías privadas: <Este año, de toda Andalucía sólo acuden dos salas, Alarcón Criado y Rafael Ortiz, ambas de Sevilla>”.
Diario SUR, 10 de enero de 2014