Difíciles comienzos

“Martin Scorsese, que es el más riguroso de los que hacen hoy cine, le rindió homenaje en una película tan metronómica como el autómata que da eje a su relojería. Y recuperó en Hugo un puñado de los trozos de película conservados de aquel ilusionista que rodó varios centenares de pequeños prodigios y que los vio perecer cuando el valor del celuloide al peso se volvió más alto que el de sus fantasías: la destrucción de los rollos de Méliès para fabricar con su materia prima tacones de zapato de señora es una de las tragedias mayores del siglo 20. Y una de sus más implacables metáforas. Irónico, igual que lo fuera hacia todo, hacia sí mismo, el mago narra lo irrisorio de su drama: <¿Mis primeras películas? ¡La gente las pisa! Un día de gran miseria atendí la propuesta de un señor que me las compró al por mayor. ¡Supe más tarde que representaba a una gran fábrica que las derritió para fabricar taconcitos! ¡Fíjese, la gente camina encima!> Y él pasa, entonces, a vivir de vender chucherías en ese quiosco de la estación de Montparnasse al que da dimensión elegíaca Scorsese en su película”.

ABC, 16 de septiembre de 2013

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Author: Blog Cima Málaga