En teoría, una televisión pública es aquella que garantiza la neutralidad en sus informaciones, un extremo por el que deben velar aquellos que están a su mando. Pero, ¿realmente esto es así?
Hace unos días se conocía la dimisión de la directora de programas y gestión de TVE, Cecilia Gómez Salcedo, “después de que el Consejo de Informativos de la televisión pública recibiera por error un correo electrónico remitido por la directiva, en el que desacreditaba a periodistas recién elegidos para formas parte del órgano de representación de los profesionales”.
Así lo publicaba El País, el 17 de abril de 2013, en una información de Rosario G. Gómez, en la que se recogía, entre otras, la opinión del socialista Juan Luis Gordo, para quien dicho informe “<es una prueba de cómo el PP utiliza RTVE>, de <cómo considera que es su herramienta política> y de que <sólo vale lo que pueden manejar en pro del partido>”.