Son personas que representan a los ciudadanos tras ser elegidos en unas elecciones, por lo que tienen que velar por los intereses de la sociedad en general. Es lo que, en teoría, deben hacer a cambio de la confianza que le hemos otorgado, pero, ¿cuánto necesitamos saber nosotros de ellos?
En la información de Borja Bergareche, publicada en el diario ABC el domingo 10 de febrero de 2013, titulada La sofocante vida pública de los políticos británicos, pasto de todas las portadas, se plantea el nivel de exposición de la vida privada de los políticos, haciendo referencia a la separación y divorcio del exministro liberal de Energía, Chris Huhne.
El artículo recoge unas declaraciones de la exdiputada y periodista Edwina Currie en el Express en las que sostenía que “no existe la vida privada cuando estás en política”. Sin embargo, apunta el diario español, “el nivel de exposición al escrutinio público de los políticos británicos es brutal para los estándares de España”. Por tanto, debate abierto: ¿Hasta dónde hay que saber?